Ray Liotta y Brad Pitt se hicieron conocidos casi al mismo tiempo, a principios de los años 90; Liotta en el rol de un gángster de origen ítalo-irlandés en Buenos muchachos y Pitt como un cowboy urbano en Thelma y Louise (1991). Las carreras de ambos han sido, respectivamente, el descenso a los basurales de Hollywood y la escalera al cielo de los famosos: si Liotta, por dar un ejemplo, ha tenido que hacer varias películas recientes que fueron directo al video, Pitt no hace más que mejorar y mejorar en cada nueva interpretación. Claro, uno es más apuesto que el otro, y en la presentación de prensa de ayer ambos estaban sentados juntos. Cruel.
Ahora sus caminos se cruzan en Killing them softly, un thriller sanguinario que ayer se estrenó en Cannes y que, para algunos, ya podría perfilarse como eventual candidata al Oscar a Mejor Actor por el trabajo de Pitt. Acá el galán evita robar cámara y comparte con nobleza junto a otros actores de categoría como James Gandolfini, Richard Jenkins y un australiano de colección: Ben Mendelsohn.
Sin embargo, la primera media hora con Ray Liotta es la que le pinta el rostro de sordidez a esta historia donde los ladrones y los mafiosos son demasiado torpes para seguir con vida. El lugar donde se juega póker ilegalmente es un antro comandado por Markie (Ray Liotta). Cuando dos ladrones roban este boliche y se llevan el dinero, Markie es reprendido por una pareja de matones que le muele la cara a golpes. Sólo toman un descanso cuando el pobre Markie les vomita encima. No será la primera, sino que una de las varias golpizas contra el personaje de Liotta.
Su caracterización, que ocupa un espacio reducido en la película, es una de las cumbres de Killing them softly, que se llevó aplausos moderados al fin de la función. Pero Liotta, que en la conferencia parecía fuera de órbita y comenzó a hablar antes de que nadie hiciera pregunta alguna, es modesto o eso pareció. “Sólo me dedico a estar al servicio de la historia. No quiero ir más allá de eso”, comentó.
El personaje de Pitt, que recién aparece cerca de los 25 minutos, es un sagaz asesino a sueldo que se toma su tiempo para lograr su objetivo. Se llama Jackie Cogan y tiene conexiones con Mickey (Gandolfini), un matón semirretirado con algunas objeciones a la profesión de asesino. Es como Tony Soprano, pero pobre.
Cogan, siempre calmo y eficaz, debe limpiar la mesa de toda la basura dejada por los criminales amateurs y encontrar a los ladrones. Su personaje es violento sólo cuando la ocasión lo exige: un criminal con estilo.
Cinta con agenda
La película tiene el término crisis económica escrito en todo su cuerpo. Ambientada durante el período de las elecciones de Obama en el 2008, cada cinco o 10 minutos aparece alguien conversando sobre la recesión o hay un televisor encendido donde el candidato Obama da un discurso. Hasta los hampones más miserables se permiten tener su opinión electoral.
Reunidos con la prensa, Pitt y el director neozelandés Andrew Dominik (El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford) fueron consultados por la “coincidencia” de estrenar el filme justo en año electoral y el daño que eventualmente podría causar a Obama si alguien ve la cinta como un mensaje sobre su gestión. “Es lo último que podría esperar. Este año veremos probablemente más campaña negativa que nunca contra Obama. Y yo me acuerdo haber estado en Chicago (ciudad de Obama) el día que ganó. Fue sorprendente”, afirmó Pitt.
Exactamente en la mitad del festival (que acaba el domingo), algunas de las películas más celebradas por la crítica son Amour, de Michael Haneke, y Beyond the hills, de Cristian Mungiu. Falta aún el filme estadounidense que haga vibrar al Palais de Festivals y este podría ser Cosmópolis, de David Cronenberg, o Mud, de Jeff Nichols, ambas reservadas para el final del certamen.
Brad Pitt (Shawnee, estado de Oklahoma, 18 de diciembre de 1963) es un actor estadounidense, ganador de un Globo de Oro. Su nombre original es William Bradley Pitt. Nació en Shawnee, pero se crió en Springfield, (Misuri). Brad Pitt no puede entrar de por vida a China por haber protagonizado la película Siete años en el Tibet, al igual que David Thewlis.
Ahora sus caminos se cruzan en Killing them softly, un thriller sanguinario que ayer se estrenó en Cannes y que, para algunos, ya podría perfilarse como eventual candidata al Oscar a Mejor Actor por el trabajo de Pitt. Acá el galán evita robar cámara y comparte con nobleza junto a otros actores de categoría como James Gandolfini, Richard Jenkins y un australiano de colección: Ben Mendelsohn.
Sin embargo, la primera media hora con Ray Liotta es la que le pinta el rostro de sordidez a esta historia donde los ladrones y los mafiosos son demasiado torpes para seguir con vida. El lugar donde se juega póker ilegalmente es un antro comandado por Markie (Ray Liotta). Cuando dos ladrones roban este boliche y se llevan el dinero, Markie es reprendido por una pareja de matones que le muele la cara a golpes. Sólo toman un descanso cuando el pobre Markie les vomita encima. No será la primera, sino que una de las varias golpizas contra el personaje de Liotta.
Su caracterización, que ocupa un espacio reducido en la película, es una de las cumbres de Killing them softly, que se llevó aplausos moderados al fin de la función. Pero Liotta, que en la conferencia parecía fuera de órbita y comenzó a hablar antes de que nadie hiciera pregunta alguna, es modesto o eso pareció. “Sólo me dedico a estar al servicio de la historia. No quiero ir más allá de eso”, comentó.
El personaje de Pitt, que recién aparece cerca de los 25 minutos, es un sagaz asesino a sueldo que se toma su tiempo para lograr su objetivo. Se llama Jackie Cogan y tiene conexiones con Mickey (Gandolfini), un matón semirretirado con algunas objeciones a la profesión de asesino. Es como Tony Soprano, pero pobre.
Cogan, siempre calmo y eficaz, debe limpiar la mesa de toda la basura dejada por los criminales amateurs y encontrar a los ladrones. Su personaje es violento sólo cuando la ocasión lo exige: un criminal con estilo.
Cinta con agenda
La película tiene el término crisis económica escrito en todo su cuerpo. Ambientada durante el período de las elecciones de Obama en el 2008, cada cinco o 10 minutos aparece alguien conversando sobre la recesión o hay un televisor encendido donde el candidato Obama da un discurso. Hasta los hampones más miserables se permiten tener su opinión electoral.
Reunidos con la prensa, Pitt y el director neozelandés Andrew Dominik (El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford) fueron consultados por la “coincidencia” de estrenar el filme justo en año electoral y el daño que eventualmente podría causar a Obama si alguien ve la cinta como un mensaje sobre su gestión. “Es lo último que podría esperar. Este año veremos probablemente más campaña negativa que nunca contra Obama. Y yo me acuerdo haber estado en Chicago (ciudad de Obama) el día que ganó. Fue sorprendente”, afirmó Pitt.
Exactamente en la mitad del festival (que acaba el domingo), algunas de las películas más celebradas por la crítica son Amour, de Michael Haneke, y Beyond the hills, de Cristian Mungiu. Falta aún el filme estadounidense que haga vibrar al Palais de Festivals y este podría ser Cosmópolis, de David Cronenberg, o Mud, de Jeff Nichols, ambas reservadas para el final del certamen.
Brad Pitt (Shawnee, estado de Oklahoma, 18 de diciembre de 1963) es un actor estadounidense, ganador de un Globo de Oro. Su nombre original es William Bradley Pitt. Nació en Shawnee, pero se crió en Springfield, (Misuri). Brad Pitt no puede entrar de por vida a China por haber protagonizado la película Siete años en el Tibet, al igual que David Thewlis.